martes, 23 de noviembre de 2010

ORÁCULOS Y SIBILAS


Los oráculos (ya conocemos el de Apolo en Delfos) eran muy frecuentes en Grecia y Roma.

Su origen partía de la curiosidad innata en el ser humano por tratar de predecir el futuro.

Resulta curioso que esto ocurriese de manera tan espectacular en una civilización totalmente inclinada a la razón.

Los griegos vivían purificándose constantemente para recibir respuestas divinas de sacerdotes y sacerdotisas. Para ellos, era preciso saber ver e interpretar cualquier acontecimiento. Éstas predicciones podían clasificarse en dos categorías:

* Las basadas en la interpretación de acontecimientos y señales exteriores, por ejemplo observando el vuelo de ciertas aves.

* Las basadas en lo que decían los oráculos a través de sacerdotes y sacerdotisas. Sus palabras, generalmente pronunciadas bajo los efectos de alucinógenos, creían que eran puestas en sus bocas por los dioses del Olimpo.

En un principio, el origen de los oráculos se situaba en cuevas y cavernas que eran consideradas sagradas. Tenían, por lo general, un entorno misterioso para inspirar miedo y respeto a todos los que se acercaban. Muchas veces se escogían fuentes termales para que exhalaran inquietantes vapores. Los hombres de la Antigüedad creían firmemente que estaban habitadas por los dioses. Después el lugar de culto se trasladó al templo.

Para que los sacerdotes y sacerdotisas interpretasen los oráculos, cuyo lenguaje resultaba incomprensible al resto de los mortales, eran necesarios:

· Un ritual de purificación.
· Una ofrenda de sacrificio.
· El pago de un tributo, al principio en especie y más tarde en dinero.

Los sacrificios eran ofrendas para atraer el favor divino. Con ellos se agradecía a un ser superior los bienes recibidos y a la vez se pedía perdón por las faltas cometidas. Los sacerdotes llevaban a cabo sus celebraciones con gran severidad, vestían impecables ropas blancas y se coronaban con las plantas consagradas al dios al que se le realizaba el sacrificio.

Los animales que iban a ser servidos para honrar al dios o la diosa:

· Si se consagraban a los dioses del Olimpo: debían estar sanos, ser blancos y disponerse en un altar elevado. Siempre se sacrificaban por la mañana.
· Si se consagraban a las divinidades del mundo del Hades: eran, por el contrario, negros. Se disponían en un foso y se sacrificaban durante la noche.

En Roma definían como “víctimas” a los animales grandes a los que solían dorar sus astas y como “hostias” a los pequeños a los que adornaban con lazos y hojas. Una vez más, observamos cuántos cultos celebrados hoy en día, han heredado las formas de las antiguas civilizaciones clásicas.

Entre los oráculos más famosos destacaremos:
El consagrado a Apolo en Delfos
El de Dodona consagrado a Zeus
El de Epidauro, consagrado a Asclepios / Esculapio, el dios de la medicina.
El del héroe Trofonio.

Junto a los sacerdotes y sacerdotisas, también destacaron unas mujeres adivinas denominadas Sibilas.


Inicialmente eran sacerdotisas de Zeus, pero después, también lo fueron de otras divinidades. Varrón mencionó a diez Sibilas poseedoras del don profético: la Sibila de Persia, la de Delfos, la de Libia, Eritrea, Cumas, Samos, Helesponto, Cimerios, Frigia y Tíbur.

La más famosa fue la de Cumas. Vivía en una gruta, que estaba considerada como santuario de Apolo y escribía sus profecías en hojas sueltas.


Así nacieron los conocidos Libros Sibilinos que contenían los destinos de Roma. Los sacerdotes los guardaban celosamente y los consultaban siempre que ocurría alguna fatalidad. En los periodos de crisis, el deseo de conocer el porvenir se hacía aún más vivo. La importancia de éstos libros era tal, que para poder consultarlos se requería un permiso especial del Senado Romano.

lunes, 15 de noviembre de 2010

LAS CINCO EDADES


Para los griegos no todas las épocas, desde el origen del hombre, fueron iguales. Existió un tiempo en el que éstos vivían como los dioses, gozando de una felicidad completa. Esta leyenda relatada por Hesíodo, en “Los trabajos y los días” y por Platón, en “El Político”, nos narra como cinco edades de hombres habitaron la Tierra.
Las tres primeras, y la última, se asociaban a metales como el oro, la plata, el bronce y el hierro. La Edad de Hierro coincidía con la Antigüedad de Grecia y Roma. También hubo una edad, conocida como la raza de los Héroes, que combatieron en las batallas de Troya y Tebas.

Es curioso, Hesíodo mostró interés en enseñarnos que ocurrió con el destino de cada edad. Los hombres de oro y plata se convirtieron tras su muerte en demonios, los de bronce en el pueblo de muertos del Hades y los héroes en objetos de culto por las ciudades. Si aún continúa la Edad de Hierro ¿cuál será nuestro futuro?


EDAD DE ORO
Vivían según Hesíodo "como los dioses en una seguridad profunda, sin penas ni sufrimientos". Compartían todos sus bienes y la Tierra les recompensaba con excelentes cosechas. Platón afirmaba que no levantaban ciudades, ni tenían mujer o hijos, habitaban desnudos sobre la Tierra, sin sufrir el tiempo de las Estaciones, ya que éstas no existían.

EDAD DE PLATA
El hombre se encierra en grutas y también en si mismo. En esta Edad Prometeo regala a los hombres el fuego lo que avivará su mente y mejorará sus condiciones de vida.

EDAD DE BRONCE
El orgullo del hombre le llevará a despreciar a los dioses, por lo que Zeus puso fin a esta edad con un gran diluvio. Sólo se salvan Deucalion y Pirra, que volverán a repoblar la Tierra.


EDAD DE LOS HÉROES
Estos mortales, serán un paréntesis en medio de la catástrofe. Al ser justos y valerosos aproximarán su vida a la de los dioses.

EDAD DE HIERRO
Era la Edad de Griegos y Romanos, una edad conflictiva y vertiginosa, donde se mezclaban el bien y el mal.

viernes, 12 de noviembre de 2010

LA CREACIÓN DEL HOMBRE




Es la segunda historia más conocida dentro del mundo mitológico. Hemos visto cómo los clásicos explicaron el origen del Universo y con él, el de los dioses. También se plantearon una explicación sobre el origen del hombre. Cuestión que en la actualidad no ha terminado de aclararse, aunque sin duda, dista mucho de ser semejante en algo a la explicación que sobre éste tema dieron griegos y romanos.

Llamábamos a la creación de los dioses por la mitología Teogonía. Pues bien, los temas que hablan sobre la creación del hombre reciben el nombre de Antropogonía (del griego “Anthrôpos, es decir, “Hombre” y “Gonos”, “Generación”).

En un principio, existió una parca explicación que no debió ser muy convincente para los clásicos.
Dionisio, el dios del vino, asistió un día a un extraño banquete. Allí, fue asesinado y después devorado por los Titanes. Cuando Zeus se enteró de los hechos, se puso muy furioso y terminó aniquilando a los Titanes. La leyenda decía que de las cenizas de los mismos nacieron los hombres.



Así, tenían una doble descendencia: por un lado, ascendencia criminal (por parte de los Titanes) y por otro lado, ascendencia divina (por parte de Dionisio). Aunque sin duda, el mito más extendido, es que el hombre fue creado por Prometeo.

Hesíodo, nos narra en su Teogonía, que todo comienza en Mekoné, allí tras la separación de los hombres y los dioses; Prometeo hace una partición desigual de una víctima sacrificada, los hombres se llevan la mejor parte, es decir, la carne y vísceras, mientras los dioses sólo tienen derecho a los blancos huesos. Zeus simulará entonces dejarse engañar pero interiormente prepara su castigo, les priva del fuego y de los cereales. Cuando Prometeo roba de nuevo al dios el fuego, Zeus castiga al hombre con la creación de la mujer, Pandora.

Es interesante subrayar que a menudo los mitos distinguían entre la creación del hombre y de la mujer. Hesíodo, por ejemplo, en el mito de Prometeo, no dice nada sobre el proceso de creación del hombre y en cambio sí se detiene detalladamente en el de la mujer. Según él, Zeus ordenó a Hefesto que modelase su bello cuerpo, a Atenea que la vistiese con gusto y enseñase a tejer, a Afrodita que le mostrara los dotes de seducción y a Hermes que le otorgase un corazón engañoso. El nombre de la primera mujer, Pandora, significó “don de todos los dioses”.