martes, 12 de octubre de 2010

LA GUERRA DE TROYA


Si nos remontamos al principio de la historia, parecer ser que el origen del conflicto tiene lugar durante la boda entre Peleo y Tetis.
A las nupcias asistieron todos los dioses del Olimpo salvo Eris, la diosa de la Discordia. Ésta, ofendida por no ser invitada al banquete lanzó a la mesa de invitados una manzana con la inscripción “A la más bella”. Lo que supuso el enfrentamiento entre las diosas Atenea, Afrodita y Hera, que pensaron que iba dirigida a cada una de ellas.
Para poner fin al conflicto, las diosas, decidieron elegir a un juez en la tierra, que sentenciaría quien de las tres era la más merecedora del título a la belleza. Y escogieron a Paris, príncipe de Troya.

Para ganar, Atenea le ofreció sabiduría y triunfos en la guerra. Hera, poder y riquezas. Y Afrodita, lo que el rey más deseaba; a la mujer más bella del mundo. Esta mujer era Helena de Troya, esposa del rey de Esparta, Menéalo.

Paris, recogió la manzana y se la entregó a Afrodita, que como recompensa le aseguró el amor de Helena. Ésta, abandonó a su marido y huyó a Troya. Entonces Agamenón, el hermano de Menelao y rey de la poderosa Micenas, organizó una expedición de mil naves contra la ciudad para vengar la afrenta, y conquistar Troya.

La caída de Troya tuvo lugar cuando los griegos, capitaneados por Ulises, dejaron a las puertas de la ciudad un inmenso caballo de madera. A los troyanos se les explicó que era una ofrenda a la diosa Atenea. Todos lo creyeron y quisieron tener entonces el caballo en sus dominios. Por lo tanto, derribaron las murallas de la ciudad para que el caballo entrara.

Tan sólo un hombre conocía la verdad, Laocoonte, sacerdote de Apolo, que tras consultar el oráculo, trató en vano de avisar a sus compatriotas. Esto le costó la vida, ya que fue atacado por dos serpientes de mar que acabaron con él y sus dos hijos.


Al caer la noche los guerreros griegos alojados en el vientre de madera, atacaron e incendiaron la ciudad.

Esta Guerra, que se desarrolló durante diez largos años, es una de las historias más conocidas del mundo grecorromano. Homero nos la narra a través del extraordinario libro de “La Ilíada”. Lo mejor de todo, es la posibilidad de que algunos de los hechos sean verídicos, ya que las últimas excavaciones arqueológicas han revelado que efectivamente la ciudad de Troya se destruyó por un fuego devastador en el siglo XII a. de C.

En 1870, el comerciante alemán Heinrich Schliemann se propuso demostrar que la Guerra de Troya no había sido sólo fruto de la imaginación del poeta Homero. Invirtiendo parte de su fortuna viajó a Turquía y siguiendo las indicaciones de “La Ilíada”, comenzó a excavar en la colina de Hissarlik descubriendo las ruinas de Troya junto a la civilización Micénica. Con esto, se demostró que existió la ciudad de Troya, que existió la cultura micénica y que hubo una guerra. No obstante, es importante señalar que “La Ilíada” es una narración ficticia, especialmente en la parte mitológica, que escapa de una completa interpretación histórica.

El motivo real de la Guerra no parece ser que Helena abandonase a Menelao, para fugarse con Paris a Troya. Si no, más bien, que los griegos se cansaron del monopolio comercial que ejercía Troya sobre el único acceso posible al Mar Negro. Seguramente decidieron destruir la ciudad del conflicto. Homero narra detalladamente las dificultades de la contienda, explicando el hambre, la peste y las miles de bajas que tuvieron lugar durante estos años.

viernes, 1 de octubre de 2010

TESEO



Teseo, el héroe del Ática, perteneció a una generación anterior a la de Hércules. Sus hazañas se recogen principalmente en la “Vida” de Plutarco y los relatos de Apolodoro y Diodoro de Sicilia.

La tradición se divide a la hora de establecer su nacimiento. Para algunos es hijo de Egeo, rey de Atenas y su hija Etra. Pero la noche de su concepción, Etra se unió también con Poseidón, por tanto podría ser un hijo de ascendencia divina.

El héroe, pasó sus primeros años junto a su abuelo Piteo en Trecén. Mientras, su padre Egeo volvió a Atenas y tras dejar su espada y un par de sandalias bajo una gran roca, confió a Etra que no revelase el escondite a su hijo hasta que éste no fuese lo suficientemente grande y fuerte como para mover la roca y coger los objetos que su padre había colocado debajo. Cuando Teseo alcanzó los dieciséis años, levantó la roca, tomó la espadada y se encaminó a Atenas para que su padre le reconociese.

Al llegar a Atenas, casi es asesinado por Egeo, el cual fue instigado por su amante Medea para envenenarlo. No llegó a suceder nada, porque su padre le reconoció por la espada que había escondido bajo la roca y que Teseo llevaba. Por tal motivo, Egeo reconoció oficialmente a su hijo ante todos los ciudadanos de Atenas, mientras Medea era repudiada y desterrada.

Después venció a sus primos, aspirantes al trono de la ciudad, convirtiéndose en el único sucesor legítimo de Egeo. Como buen héroe, también luchó contra bandidos y bestias salvajes, como el Minotauro (un monstruo, mitad hombre, mitad toro) de Creta.


Más tarde perdió a su amada Ariadna, hija de Minos, rey de Creta, al ser ésta raptada por Dionisio. El héroe había acudido a rescatarla, pero al no conseguirlo, olvidó por la pena izar una vela blanca de su barco. Éste, era el signo que había convenido junto a su padre como señal de un feliz retorno con ella. Egeo, creyendo que su hijo había muerto, en un acto de desesperación, se suicidó lanzándose al mar. Desde ese día, el mar de la tragedia recibe el nombre de Mar Egeo.


La diferencia entre Teseo y Hércules, es, que el primero, poseía una importantísima dimensión política, ya que fue unificador del Ática, fundador de los Juegos Ístmicos e instaurador de la democracia. Al morir su padre fue coronado rey de Atenas.

También alcanzó gran fama en la guerra, al participar en la lucha de los Lapitas contra los Centauros. Como héroe combatió a las Amazonas vengándose de ellas con el rapto de una de ellas y el nacimiento de su hijo Hipólito.

Más tarde, secuestró a Helena cuando era todavía una niña y la entregó a su madre Etra, a la espera de que tuviese edad para casarla con él. También se cuenta entre sus hazañas que fue capaz de bajar a los infiernos acompañado de Pirítoo, con el deseo de liberar de allí a Perséfone y casarse con ella. Ante tal osadía Hades apresó a los dos y los mantuvo atados a la “silla del olvido”. Finalmente gracias a la intervención de Hércules, Hades liberó a Teseo, reteniendo para siempre a su compañero.

Finalmente, tras su viaje a los infiernos, Teseo regresó a su hogar, Atenas. Pero por graves conflictos internos perdió el trono. Refugiado en Sicros, al noroeste del Mar Egeo, falleció al despeñarlo el rey de la isla, temeroso de su fuerza y poder.