Cuando pienso en Lleida (Lérida) no puedo evitar que una sonrisa invada todo mi ser (y soy consciente de lo cursi que suena esto), pero es que pasé cuatro años muy importantes de mi vida en la capital del Segrià.
Fui por motivos académicos, y aunque al principio resultó muy dura la adaptación (entre otros motivos porque añoraba todo lo que había dejado en Terrassa), al final me acabé enamorando de la ciudad y su gente.
La gran mayoría de los que estávamos allí éramos de fuera y habían acabado en Lleida por la nota de selectividad... pero poco a poco te das cuenta de la gran aventura y oportunidad que supone irse de casa, a los 18 años (pero por suerte con los gastos pagados) para estudiar algo que te gusta y lograr madurar por uno mismo. Yo soy consciente que sin mi estancia en Lleida no sería como soy. Me ayudó a conocerme a mí misma y ser consciente de mi propia personalidad (algo anulado durante mucho tiempo por ser gemela).
En fin, que como me he puesto nostálgica (y este fin de semana hago una escapadilla a mi Lleida querida), creo que dedicaré algunos recuerdos a este blog que en ocasiones resulta todo un primor!
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