miércoles, 22 de septiembre de 2010

PROMETEO



Prometeo, cuyo nombre significa “prudencia”, era un Titán hermano de Epimeteo, cuyo nombre significaba “ocurrencia tardía”. Ambos, eran considerados como “benefactores de los hombres”. Los dos hermanos fueron los responsables de proveer a los seres humanos y a los animales de todo lo necesario para vivir.

Modeló a los hombres con tierra y agua (este sería otro relato mitológico que explicaría la creación del hombre) y para que fuesen superiores a los animales, Prometeo les dio una forma más noble y les permitió caminar erguidos. Durante el transcurso de la creación, engañó a Zeus dos veces en beneficio de la humanidad:

· La primera vez, Prometeo sacrificó dos bueyes, en una pila dejó las partes comestibles del animal y todas sus entrañas y las recubrió con el vientre. En otra, dejó los huesos bien tapados con la piel. Entonces, ofreció a Zeus las dos mitades para escogiese una, del buey que había sido sacrificado. El dios, se dejó tentar por la parte de aspecto más graso, que resultó esconder huesos sin carne. Como venganza Zeus privó del fuego a los mortales.

· Entonces, Prometeo, engañó por segunda vez a Zeus. Le arrebató parte del fuego del que había privado a los hombres, en unas brasas que escondió debajo de unas hojas de hinojo. Pero Zeus, rápidamente descubrió el engaño y lleno de cólera, ordenó a Hermes que lo encerrase en una cueva del Cáucaso para que un águila le fuese devorando las entrañas durante toda la eternidad. Durante el día el águila las devoraba y éstas, se regeneraban cada noche.


Finalmente, y a cambio de una importante revelación, es decir, de conocer Zeus que si se hubiese casado con Tetis (futura madre de Aquiles) su hijo le hubiese destronado, el soberano del Olimpo aceptó que Prometeo fuese liberado. De su liberación se encargó gustoso Hércules, matando al águila con una flecha y desencadenando a Prometeo. El cual, agradecido, le indicó donde procurarse las manzanas de oro del jardín de las Hespérides.

Por otorgar el don del fuego y enseñar a los hombres a trabajar, construir, domesticar animales y recolectar frutos, fue considerado intermediario entre los hombres y los dioses y benefactor de la
humanidad.

El mito no termina aquí, ya que perdonado Prometo, pero buscando el castigo de los hombres, Zeus hizo que Hefesto y Atenea crearan un ser que tendría todos los dones y a la que llamaron Pandora, la primera mujer. Pandora, además de poseer una gran belleza, recibió de Atenea la sabiduría y de Apolo los dotes para la música. Sin embargo, Hermes puso en su corazón la mentira. Zeus por su parte, añadió a todos los presentes una caja, que Pandora no debía abrir nunca.


El precavido Prometeo rechazó como esposa a Pandora y su caja, pues sospechaba de Zeus. Pero su hermano Epimeteo, que ahora entra en juego, loco de amor por ella, la desposó, y guardó la caja como dote. Un día, Pandora llena de curiosidad la abrió y en ese momento, todos los males se extendieron por el mundo. Cuando la joven intentó taparla de nuevo, tan sólo pudo retener dentro la esperanza.

Zeus, de nuevo cansado de los hombres, decidió exterminarlos finalmente con un diluvio. Prometeo, consiguió entonces que su hijo Deucalión y Pirra se salvasen. Siguiendo los consejos de su padre, Deucalión construyó un barco, que flotó durante nueve días y nueve noches sobre las olas. Cuando acabó el diluvio, el arca los dejó en las montañas de Tesalia completamente solos, con lo cual a través de Hermes pidieron a Zeus que les diese compañeros para acabar con su soledad.

Zeus, apiadado de los mortales, les dijo que los dos lanzasen por encima de sus hombros los huesos de su madre. Entonces Deucalión descifró el mensaje, comprendió que hablaba de la Madre Tierra y de sus huesos, las piedras. Y así se hizo. De las piedras que lanzó Decaulión, nacieron más hombres y de las que lanzó Pirra, mujeres.

A pesar de esto, tuvieron hijos naturales, Doros y Eolos. Y nietos, Aqueo e Ion, que recuerdan los pueblos griegos que a continuación citamos:

· Eolios: los habitantes más antiguos de Grecia.

· Jonios: pueblo indoeuropeo del segundo milenio. Atenas, se convirtió con ellos en la metrópolis del mundo jonio.

· Aqueos: pueblo indoeuropeo, destacado por su civilización micénica (1600-1200 a. de

Durante la Guerra de Troya (1200 a. de C) Homero llama Aqueos a todos los griegos que lucharon contra los troyanos.

· Dorios: última inmigración indoeuropea a Grecia (aprox. 1200 a. de C) Destruyen Micenas, rechazan a los Aqueos y Esparta será su centro.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

PERSEO

La leyenda le atribuye como padres a Zeus y Dánae. Esta vez, Zeus fue infiel a Hera transformándose en lluvia dorada que hizo caer sobre la joven e inocente Dánae. Antes de que esto ocurriese Acrisio, padre de la joven, sospechando las intenciones del dios, encerró a su hija junto a su nodriza en una cámara cerrada a cal y canto. El oráculo de Apolo, había predicho que si tenía un nieto, éste, le mataría.


El mito se empleaba con frecuencia para simbolizar la omnipotencia del dinero sobre los hombres, ya que era capaz de introducir la codicia hasta en los corazones más cerrados.

Después de la extraña historia sobre su concepción, Perseo nació, y Acrisio se vio obligado a expulsar a su nieto y a su hija de la región. Gracias a Zeus, ambos llegaron al reinado de Polidectes donde el niño creció fuerte y sano.

Un día, en un banquete, Perseo, ya adulto, prometió entregar a Polidectes, como muestra de gratitud por su hospitalidad, la cabeza de Medusa una de las Gorgonas. Ésta, tenía la propiedad de convertir en piedra a quien osaba mirarla. La cosa se complicó aún más, pues en secreto, Polidectes amaba a Dánae, la madre de Perseo. Sabía que su hijo no consentiría su amor a no ser que la tomase por la fuerza, y en el fondo se alegró del peligroso regalo que le había prometido Perseo, porque en el mejor de los casos, si quedaba convertido en una piedra, le dejaría el camino libre con su madre para siempre.


Lo que Polidectes no sabía es, que Perseo era hijo de Zeus, y como tal, recibiría ayuda de los dioses. Hades le entregó un casco que le hacía invisible. Hermes le prestó sus alas para poder volar velozmente. Atenea le dio un escudo plateado con el que podía ver a Medusa sin mirarla directamente. Y por último, Hefesto forjó una majestuosa espada llamada Harpe, fabricada en bronce y diamante que le hacía invencible.

El héroe, encontró a Medusa y gracias a todas las armas que le habían regalado los dioses, consiguió de una sola estacada matarla. De la sangre de su cuerpo, nacieron Pegaso, un caballo alado y el gigante Crisaor.

A su regreso, Perseo, pasó por Mauritania, donde se encontraba Atlas, pero éste, se negó a darle alojamiento. Entonces Perseo le enseñó la cabeza de Medusa y lo convirtió en una enorme cordillera para el resto de la eternidad. Después viajó a Etiopía, allí se hallaba Andrómeda, una hermosa doncella que iba a ser sacrificada a un monstruo que asolaba la ciudad. Perseo prometió liberarla a cambio de su mano. Venció al monstruo y se desposaron.



Tras cuatro años en Etiopía, Perseo y Andrómeda regresaron a reinado de Polidectes. Pero éste, se había convertido en un déspota y tenía atemorizada a su madre Dánae. Perseo no dudó en mostrarle como castigo a la Medusa, convirtiéndolo en piedra y dejando el trono a su madre.

Después devolvió todos los dones divinos a los dioses y le entregó la cabeza de Medusa a Atenea, como prueba de su agradecimiento.

sábado, 11 de septiembre de 2010

HERACLES / HÉRCULES




Su biografía, recogida sobretodo en la “Biblioteca Histórica” de Diodoro de Sicilia y en la “Biblioteca” de Apolodoro, es el mejor ejemplo de un mito heroico. Heracles fue un héroe Tebano, hijo de Zeus y de Alcmena, mujer del general Anfitrión. Para engendrarlo, el dios se convirtió en la figura de su marido y se unió a ella en su lecho la misma noche que Anfitrión, volviendo de una expedición, concibió junto a su mujer a Ificles.

Los dos, hijos de la misma madre, pero de padres diferentes, nacieron al mismo tiempo. La celosa Hera, que no perdonaba nunca la infidelidad de su marido, cuando se enteró de que Zeus se había unido a Alcmena, decidió matar al niño. Por eso, envió el mismo día de su nacimiento a dos grandes serpientes para que lo ahogaran. Sin embargo, Heracles o Hércules, había nacido con una fuerza sobrehumana y sin mucho esfuerzo consiguió estranguló a las serpientes.


Alcmena, al ver los hechos, abandonó a su hijo por temor a la cólera de Hera. Sin embargo, Hermes lo recogió y consiguió engañar a Hera, para que lo amamantara con su leche.

Lo más importante en la vida de los héroes clásicos, eran sus prodigiosas hazañas. Por lo tanto, vamos a estudiar ahora porqué fue Hércules un personaje tan importante dentro de la mitología grecorromana.

Sus hazañas se pueden dividir en tres grupos:

· Los Doce Trabajos, ordenados por Euristeo.
· Los trabajos secundarios, relacionados con el cumplimiento de los anteriores.
· Las hazañas guerreras por su cuenta.

Los Doce Trabajos

Hércules debía obediencia a Euristeo, rey de Micenas. La diosa Fortuna, había decidido que el que naciera el último de los dos, debería ser siervo del otro. Por eso, Hera provocó que Euristeo naciese dos meses antes que Hércules. Euristeo, que era un tirano, llamó a su corte al héroe y le encomendó la realización de Doce Trabajos.

En otras leyendas, Hércules, accedió a ponerse a las órdenes de Euristeo porque el oráculo de Delfos le había indicado que ésta, era la única forma de resarcir el asesinato de todos sus hijos. El héroe, los había matado en un ataque de locura provocado por Hera. Atenea, diosa de la razón fue la encargada de devolverle la cordura.

Los doce trabajos encargados por Euristeo fueron los siguientes:

· La primera prueba consistía en conseguir matar al León de Nemea. Un monstruo creado por Tifón, al que no podía herir ningún arma. Primero, aturdió al león con su garrote, le lanzó todas las flechas de su carcaj y después lo estranguló, obteniendo su piel como vestido.

· En la segunda prueba, debía dar muerte a La Hidra de Lerna, que vivía en un pantano cerca de Argos. Era un monstruo de nueve cabezas. Una cabeza era inmortal y cuando le cortaban cualquiera de las otras, crecían dos en su lugar. El héroe, fue cortando cada una de las cabezas mortales y las quemó con una antorcha para impedir que crecieran otras nuevas. Finalmente, sepultó la cabeza inmortal bajo una roca.
Después, mojó sus flechas en la sangre de la Hidra para envenenarlas y enfrentarse mejor a sus enemigos.


· En la tercera prueba, Hércules tuvo que capturar viva a la Cierva Cerenita, consagrada a la temible Artemisa, como vimos, diosa de la caza. La cierva, tenía los cuernos de oro y las pezuñas de bronce. Con ellas, corría a gran velocidad. Para capturarla, la persiguió sin descanso durante doce meses. Finalmente cayó en sus trampas.

· En el cuarto trabajo, debía cazar al gran Jabalí del monte Erimanto, cuya guarida estaba en la Arcadia. Al capturarlo y llevárselo a Euristeo, el rey, se escondió preso del miedo, pues tenía unas dimensiones gigantescas.

· Después, en el quinto trabajo, Hércules tuvo que Limpiar los establos de Augias. El plazo era de un día y la suciedad, se había acumulado durante treinta años por tener allí un rebaño de tres mil vacas. Gracias a su ingenio desvió el cauce de dos ríos haciendo que al discurrir por los establos se limpiasen.

· En el sexto trabajo, espantó a la Bandada de aves del lago Estínfalo. Cuyos picos, garras y alas de bronce tenían atemorizados a toda la población. Además, devastaban campos y cosechas provocando el hambre. Para ello, se sirvió de sus flechas envenenadas con la sangre de la Hidra y de un címbalo que sonaba con gran estruendo.

· En el séptimo trabajo, Hércules entregó a Euristeo un Toro furioso que Poseidón había enviado para aterrorizar a Creta.

· En el octavo trabajo, tuvo que someter a Las Amazonas. A tan osada tarea le ayudó otro héroe, Teseo. Ambos, consiguieron arrebatarle el cinturón a la reina Hipólita y entregárselo como muestra a Euristeo.

· En el noveno trabajo, Hércules capturó las Cuatro Yeguas de Diomédes, hijo de Ares, el dios de la Guerra, a las que alimentaba con los cuerpos de los extranjeros que las tormentas arrojaban a las costas de su reino. Euristeo, al verlas y contemplar su fiereza, se asustó y las puso en libertad.

· En el décimo, tuvo que viajar para capturar los Bueyes de Gerión hasta la isla de Eritia. Gerión, era un monstruo de tres cabezas. Después, Heracles erigió dos grandes columnas (los peñones de Gibraltar y de Ceuta) como monumento conmemorativo de su hazaña. Sobre las columnas grabó la frase "non plus ultra", y con ellas logró comunicar el Mar Mediterráneo con el Océano Atlántico.

· En el undécimo trabajo, el héroe tuvo que ir en busca de las Manzanas de oro del jardín de las Hespérides. Atlas, que como vimos en la anterior unidad, era el Titán que sostenía la bola del mundo sobre sus espaldas, era el padre o el tío de las Hespérides, según versiones, y le ayudó en la difícil tarea. Hércules, consiguió adormecer al dragón protector de las frutas, que nunca dormía, y levantó el mundo bajo sus espaldas, mientras Atlas recogía las manzanas de debajo de éste. Sin embargo, nuestro héroe, observó extrañado como Atlas no mostraba ni la más mínima intención en ocupar de nuevo su lugar como soporte del mundo. Entonces, Hércules, con su ingenio, le dijo a Atlas que cogiese un momento el Firmamento mientras se acomodaba una almohada. Atlas, soltó las manzanas, Hércules las cogió y desapareció de allí.

· El duodécimo, fue el último y más difícil trabajo de Hércules, capturar a Cerbero, el perro de los Infiernos. Lo tuvo que hacer sin ayuda de armas, tal y como prometió a Hades. Después de conseguir capturarlo lo mostró en Micenas y después lo devolvió a su lugar.

Los doce trabajos dieron a Hércules una gran fama. Desde ese momento, se le conocieron numerosas amantes. Vivía dedicado a exterminar la tiranía del mundo, participando en aventuras arriesgadas, como intentar matar a la familia real de Egipto porque sacrificaban a todos los extranjeros, o estrangular a Caco y Anteo, dos criminales.

Su muerte, vino causada por su propia esposa Deyanira. Durante un viaje, Hércules, encargó al centauro Neso que la cruzara de una parte a otra del río, mientras él recorría la parte más peligrosa. Neso, intentó poseer a Deyanira y Hércules decidió matarlo lanzándole una flecha envenenada. Antes de morir, Neso le dio a Deyanira una túnica que, según él, servía para avivar el amor de los maridos infieles, pues conocía a las numerosísimas amantes que el héroe tenía.
Mucho tiempo después, estando Heracles de nuevo en uno de sus viajes junto a la bella Iole en Eubea, Deyanira le envió la túnica. En el momento que el héroe se la puso, comenzó a sufrir un fuerte dolor provocado por el intenso veneno que había en ella. Hércules, sabiendo que iba a morir, hizo una gigantesca pira con troncos de árboles, se tumbó sobre ella y ordenó a Filoctetes que la encendiera. Así murió, pero pronto fue sacado del Hades por los dioses, que en agradecimiento a su comportamiento, lo subieron al Olimpo, lo convirtieron en dios y lo desposaron con Hebe.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

LOS HÉROES

Antes de conocer a los héroes más destacados, es necesario destacar los aspectos comunes que presentan entre ellos:

· Casi todos nacen de una unión mixta entre un dios y una mortal. Raras veces, entre una diosa y un mortal, salvo en ejemplos como el de Aquiles, Eneas. Edipo y Ulises, por el contrario, nacieron de la unión de dos mortales.

· Todos reciben culto y pertenecen a una época pasada. Distinguimos dos generaciones: los que perecieron ante los muros de Tebas y los que murieron en Troya.

· Son siempre el punto de partida en la genealogía de una familia ilustre. Por lo tanto, cuánto más importante es el héroe, más incontables se hacen sus descendientes. Lo que ocurrió especialmente con la figura de Hércules.

· Entre sus hazañas, siempre encontramos el capítulo del valiente guerrero que mata a los más fantásticos monstruos. Lo veremos al hablar de Hércules y en Belerofonte. Suelen participar en todas las expediciones y guerras.

· No siempre son buenas sus acciones. Por ejemplo, Edipo cometió el crimen de parricidio e incesto, Orestes y Alcmeón, el de matricidio y Hércules infanticidio al matar a sus hijos en una crisis de locura. Fratricidio, Eteocles y Polinices, y junto a estos, otros crímenes de tipo sexual.

· La mayoría de las heroínas, que también se dan en la mitología clásica, se limitan a traer al mundo a los héroes. Son seducidas por un dios, que a menudo se les manifiesta disfrazado y han de soportar una serie de dificultades antes o después del nacimiento de su hijo. Las heroínas son, más o menos, el reflejo del papel que la sociedad griega otorgaba a las mujeres. Es decir, jóvenes, bellas y buenas, que aceptaban sin ninguna queja el sacrificio. Para ellos, el ideal de perfección femenina se manifestaba en las esposas virtuosas o en las madres sacrificadas.

jueves, 2 de septiembre de 2010

EROS / CUPIDO




Conocimos a Eros en la Cosmogonía, era quién encarnaba la fuerza espiritual del amor que salió directamente del Caos y actuó como atracción y unión entre Urano (el Cielo) y Gea (la Tierra). Por tanto, fue el que aseguró la creación del mundo y la cohesión interna del Cosmos.

Más tarde, en la Teogonía, se llamó Eros o Cupido a otro dios, al hijo de Afrodita. Un joven bello y alado que iba acompañado siempre por Hímero (el deseo) y Anteros, su hermano gemelo.

Durante la época helenística, Eros o Cupido, se representaba también, como un travieso niño alado, portando un carcaj de flechas que iba disparando por doquier y que causaba a todas horas el tormento amoroso de los dioses del Olimpo. Las alas, representaban la fugacidad del deseo amoroso. Y las flechas, si eran de oro, aseguraban al que las recibía un amor verdadero. Si por el contrario eran de hierro, el amor sería desafortunado. De este episodio, deriva el famoso término “flechazo” que describe el enamoramiento. A veces, también se le representaba con una venda sobre los ojos, lo que aludía a la dificultad para ver los defectos de la persona amada, o también que el amor no entiende de edad, raza, sexo o religión.

Las representaciones de Eros, como un niño aldado, son una anticipación de los querubines o angelitos que solían acompañar a las imágenes sagradas en la religión cristiana.


Eros, protagonizó junto a la princesa Psique, una de las historias más conocidas dentro de la mitología clásica. El mito comienza narrando cómo los hombres dejaron de frecuentar el templo de Afrodita (la poseedora de la gracia y la belleza) para acudir a contemplar la hermosura de una simple mortal, Psique.
Los mortales no podían estar nunca por encima de los dioses, ya sabemos que por esto podían ser cruelmente castigados. Así, la celosa Afrodita envió a su hijo Eros, para que hiciese que la joven se enamorase de la criatura más despreciable. Sin embargo, Eros se enamoró a simple vista de Psique, y acto seguido impidió a los mortales que también se pudiesen enamorar de ella.
La soledad de Psique. que no tenía ningún pretendiente a pesar de su extraordinaria belleza, hizo que sus padres consultaran el oráculo de Apolo en Delfos. Apolo, confidente de Eros, les anunció que en lo alto de una colina, una serpiente alada y pavorosa, esperaba a su hija para desposarla.
Entre lamentos y para no contradecir las órdenes del oráculo sagrado, la familia de Psique, condujo a la joven hasta allí. En ese momento, Céfiro, el dios del viento, la transportó hasta un magnífico palacio.
Llegada la noche, Eros se acercó a Psique de manera velada y con sus palabras y caricias alejó los temores de la joven. La bella mortal, desde ese momento, y sin verle el rostro, comenzó profesarle un gran amor.
Todo era felicidad entre los dos amantes, hasta que una noche, Eros, le advirtió que sus hermanas lloraban todos los días desconsoladas en la colina donde la habían abandonado.
Compadecido, le dio su consentimiento para que fuese a consolarlas con la condición de que nunca se dejase conmover por sus lágrimas, ni tampoco intentara , a su regreso, verle el rostro.
Psique, convenció a Céfiro para que la llevase al lugar donde se encontraban sus hermanas. Tras un breve encuentro familiar, éstas quedaron consoladas y se despidieron envidiosas de su suerte. Al poco tiempo, todas, planearon visitar el palacio de su hermana para conocer mejor su suerte, pero llevaban en el fondo la intención de despertar la duda y el miedo en ella. En cuanto la vieron le insinuaron que sin ver el rostro de su amado, éste, podría ser un monstruo, tal y como les había confiado el oráculo de Delfos.
Esa noche, Psique preparó una lámpara y un cuchillo afilado. Esperó a que Eros durmiese y le iluminó el rostro. El dios, lejos de ser un monstruo, era un hermoso joven.
Mientras lo miraba, Psique derramó sin querer aceite sobre su cara y Eros, herido y entristecido por la promesa incumplida y la desconfianza, se fue.
Desde ese momento, la princesa vagó por todo el mundo implorando a los dioses encontrar a su amado. Sin embargo, nadie le ayudó. Por el contrario, Afrodita (ya vimos lo celosa que estaba de su belleza) sólo pensaba castigarla. Con la promesa de mostrarle dónde estaba Eros, disponía todo el tiempo para ella, pruebas humillantes. De este modo, Psique, tuvo que separar una gran cantidad de granos de distintos tipos, esquilar unos carneros cuya lana era de oro, traer agua del río Estigia, e incluso ir al Hades a que Perséfone guardase en una caja un poco de su belleza.
Finalmente, y después de tantos trabajos, Psique cayó agotada en un profundo sueño.
Entonces Eros, salió a buscarla. Tras rescatar a la princesa, subió al Olimpo para implorar la ayuda de Zeus, que no sólo concedió la inmortalidad a la joven , sino que también consintió el matrimonio entre ambos. Así, la bella Psique después de beber ambrosía, se convirtió en inmortal y se unió al dios para siempre.

Encontramos relatos muy similares en la literatura contemporánea. El mito alude a la importancia de la confianza en el amado y lo trivial de la belleza física del el mismo.