viernes, 20 de agosto de 2010

LAS PARCAS / LAS MOIRAS





Después de estudiar la belleza y el esplendor de las nueves musas, las tres gracias y las seis ninfas, el apartado quedaría incompleto si no mencionara a tres damas mucho menos amables.

Me refiero a las Moiras o Parcas, hijas de Nix (encarnación de la Noche) y llamadas Cloto, Laquesis y Atropos.

Éstas, vivían todo el año en el Hades, el mundo de las Sombras, el Infierno y se encargaban de determinar la duración de la vida de cada hombre y el destino que esperaba tanto a los mortales, como a los dioses. Se suponía que las Moiras se aparecían tres noches después del nacimiento de un niño para determinar el curso de su vida. Al principio, asignaban una parte de bien y otra de mal a cada persona, que ésta parte creciese o no, dependía de la actuación en la vida de cada uno.

De hecho, cada humano tenía su moira, es decir, “su parte”. (La palabra moira, proviene del griego “merós”, que quería decir, la parte que le tocaba a cada uno).
Sus órdenes eran inflexibles en el Universo, ni siquiera podían ser modificadas por los dioses.
incluso los dioses temían a las Moiras. Zeus también estaba sujeto a su poder, admitió una vez la sacerdotisa pitia de Delfos

Así pues, en obras como “La Ilíada” o “La Odisea”, vemos como las Moiras, son capaces de impedir que un dios intervenga en una batalla para ayudar a un mortal, si es su destino que muera.

Cloto, la más joven portaba siempre telas e hilos, e hilaba. El oro, la seda y la lana blanca tejían la felicidad, mientras que el cáñamo y la lana negra, tejían la desgracia.

Laquesis enrollaba los hilos de Cloto.

Y Atropos, la más anciana, cortaba con sus tijeras estos hilos, finalizando así la vida de una persona. Esto ocurría cuando ella quería y de improviso.

El mundo del arte no sólo las representaba como ancianas, también era posible verlas como doncellas melancólicas, tejiendo bajo una luz tenue. De este mito deriva la conocida expresión de “el hilo de la vida” , ese soporte frágil que pude romperse en cualquier momento y para el que hay que estar preparados.

Moira, era su denominación en Grecia, en Roma, se llamaban, Parcas. Las últimas también presidían el nacimiento, el matrimonio y la muerte de las personas. Se encontraban esculpidas en el Foro romano y se conocían vulgarmente como “Tria Fata” “Fatum”, que quiere decir, “lo dicho”, lo predicho con anterioridad. De aquí, derivaron términos como fatal y fatalidad, ahora ya podemos entender por qué.

Versiones de las Moiras también existieron en los niveles mitológicos europeos más antiguos. Es difícil separarlas de otras diosas hilanderas del destino indoeuropeas, conocidas como Nornas en la mitología nórdicas, y la diosa báltica Laima y sus dos hermanas. Algunos mitógrafos griegos fueron tan lejos como para afirmar que las Moiras eran las hijas de Zeus, junto con bien Ananké (Necesidad) o, como Hesíodo señala en un pasaje, Temis (la Justicia) o Nix (la Noche). Si darles un padre o no a las Moiras era un síntoma de hasta dónde estaban dispuestos a llegar los mitógrafos griegos, para modificar los antiguos mitos de forma que encajen con el orden patrilineal olímpico, la afirmación no era ciertamente aceptable para Esquilo, Heródoto o Platón.

A pesar de su reputación, las Moiras podían ser adoradas como diosas. Las novias atenienses les ofrecían mechones de pelo y las mujeres juraban por ellas. Pudieron haber tenido su origen como diosas de los nacimientos, adquiriendo solo más tarde su reputación como agentes del destino.

3 comentarios:

Princesa dijo...

Gracias. Muy bella explicación. Me encanta la mitología.

Princesa dijo...

Gracias. Muy bella explicación. Me encanta la mitología.

Princesa dijo...

Gracias. Muy bella explicación. Me encanta la mitología.