lunes, 19 de julio de 2010

DÉMETER / CERES




Era la diosa maternal de la tierra, hija de Cronos y Rea. Se le consideraba la divinidad de los cultivos, ya que velaba por las cosechas, especialmente las de cereales, como el trigo (sus mitos se desarrollaban en las regiones donde éste crecía) También protegía con su poder ciertos frutales como el olivo y la higuera, principales cultivos de Grecia.
Acosada por Zeus, se transformó en vaca para intentar huir de él, pero Zeus adoptó la forma de toro y la violó. De ahí nació su única hija Perséfone.

Su triste historia gira entorno al rapto de su hija Perséfone. Ésta se encontraba un día recogiendo narcisos en la isla de Sicilia cuando Hades, el señor de las tinieblas, la vio y se enamoró locamente de ella. Sin pensarlo, hizo que la tierra se abriese donde se encontraba la joven y se la llevó a los Infiernos.

Desde ese momento, Démeter inició una larga búsqueda para recuperar a su hija, pero sin éxito. Cansada, abandonó sus funciones divinas y los campos y cosechas se secaron, se volvieron estériles y llegó el hambre. Ya iremos viendo cómo en muchas situaciones ha de llegar Zeus a poner un poco de orden. El padre de todos los dioses decidió que Perséfone viviese seis meses en la Tierra con su madre y otros seis meses en el Infierno con Hades. No pudo rescatarla del todo porque la joven había comido de una granada, y los que comían en el Infierno estaban condenados a no regresar nunca más al mundo de los vivos.

La mitología narra que durante su búsqueda, Démeter descansó en Eleusis (lugar cercano a Atenas) y allí se levantó en su honor el Santuario de Telesterion. En él tenían lugar, durante el mes de septiembre, ciertos misterios, llamados Misterios Eleusianos, que no podían revelarse bajo pena de muerte y en los que se prometía a los fieles la felicidad de ultratumba. El gran dramaturgo Esquilo, estuvo a punto de ser condenado, al creerse que mostraba parte de las ceremonias en una de sus obras teatrales.
Durante el primer día en Eleusis, los efebos (mancebos adolescentes) recogían los objetos sagrados del templo de Démeter. Después, partían en procesión hasta Atenas para depositarlos en el Eleusino, al pie de la Acrópolis. Al día siguiente, el sacerdote supremo convocaba a los fieles para purificarse en el mar, se sacrificaban cerdos y de nuevo se regresaba a Eleusis.
Los rituales se realizaban de noche. Los fieles se coronaban con mirto, se lavaban las manos, escuchaban los preceptos de Démeter, y, después de comer, en el interior del templo, se representaba el rapto de Perséfone. La figura de la diosa presidía el ritual hábilmente enfocada con una luz misteriosa. El privilegio de ser porta-antorchas en esta celebración, se reservaba a las mejores familias de la ciudad. Al terminar la ceremonia todos los presentes se dedicaban a la música, al baile y al placer.
El trasfondo de este mito es el renacer de la vida tras la muerte, la llegada de la primavera con la liberación de Perséfone y del invierno cuando ésta bajaba a los Infiernos. Los cultos mistéricos se celebraron en secreto hasta el siglo IV d. de C. (Fecha en la que los visigodos destruyeron Eleusis).

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